No voy a contaros de nuevo lo que todos ya sabeis, que las catastróficas inundaciones de Lorca han afectado grávemente a Steinkel, creador de Aventuras en la Marca del Este (Se acabó... y Como una roca en el mar). Tampoco voy a proponer cómo ayudar a nuestro amigo, para eso hay gente que sabe más de este mundillo, conoce mejor las posibilidades y ya han abierto iniciativas, como Holocubierta y NoSoloRol (PDFs de La Marca), Ludotecnia (Saqueadores de Tumbas y Rohan atiende la llamada), Outcasted Project (Heroes por la Marca), La Puerta de Ishtar (Ayudemos a la Marca del Este) y Demonio Sonriente (La Marca del Este te necesita). Me conformaré con apoyar cualquier iniciativa en la que pueda colaborar para ayudar a una persona, a la que apenas conozco, pero debo mucho. Y de eso va esta entrada, de por qué aprecio y quiero apoyar tanto a alguien a quien no conozco (aún) personalmente y con la que tengo una relación basada únicamente en las redes sociales.
Llevaba más de 5 años sin jugar a rol, ya había perdido todas las esperanzas, y me había centrado en los wargames con miniaturas, tanto históricos como Sci-Fi/Fantasía, cuando nuestro amigo Igor comentó la última semana de agosto de 2011 algo acerca de un juego que se llamaba 'Aventuras en la Marca del Este' y a ver si queríamos jugarlo. Jugar a rol de nuevo, por supuesto que sí... De eso no hay duda... Investigué un poquito acerca del juego (cuando digo que estuve más de 5 años sin jugar, también quiere decir que estuve totalmente desconectado del mundillo rolero) y la sorpresa llegó cuando vi la portada de la Caja Roja. Aquello me fascinó sobremanera, e inmediatamente ya estaba creando al personaje con el qué jugar, Baalthor Estrellalejana, un clérigo rechoncho, simpático y bonachón aunque bastante gruñón (podéis leer de sus andanzas aquí). El juego empezaba a introducirse en mi corazón...

Fue Jesus, mi tendero maligno favorito propietario de Wargames Bilbao, quien me metió en el Google +, y a través de esta red social empecé a conocer a mucha gente rolera de todos los lados. La Marca también ayudó a conocer a una gente maravillosa con la que día tras día comparto algo de tiempo en el ciberespacio, y con la que me suelo echar buenas risas. Desde aquí, un saludo muy especial para ellos...
Ánimo Steinkel, estamos contigo, con tu familia y con tus más allegados... Te apoyaremos en todo lo que podamos, y cómo tú dijiste, con dos cojones: "Por ello, hoy nos levantamos de nuevo y decimos: ya lanzaste dos terremotos contra nosotros, y ahora una devastadora riada... bien, pues aquí seguimos, como una puta roca en el mar, ¿es todo lo que tienes?"
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