jueves, 27 de octubre de 2011

SMOG 1888: El Culto


El descubrimiento de la Necrópolis de Meidoun en 1818 y el primer contacto con Imhotep II, conocido como el Faraón Negro, transformó por completo del destino del Imperio Británico. Tras su conversación con una voz de ultratumba, Lord Carter se convirtió en el primer nigromante inglés y fundó El Culto en 1819. Le llevó casi 21 años completar la mayor blasfemia posible, la resurrección de una persona muerta. Él mismo reconoció que el proceso no cumplió sus expectativas, ya que a Lázaro no le quedó ninguna capacidad intelectual. Fue sin embargo el primer zombi de Londres, lo cual fue la piedra angular para una nueva era en la historia de Gran Bretaña.

Lord Carter, encubriendo sus actos bajo el aspecto de ser un progreso para la humanidad, consiguió frenar el horror que su experimento generó en la sociedad británica. Algunas Sociedades Filantrópicas le ayudaron a conseguir que la gente aceptase la idea de que los zombis pudieran reemplazar a los trabajadores en las fábricas. Lord Carter consiguió convencer a los empresarios de que sus criaturas tenían una ventaja económica real. Sin embargo este hecho llevó a las revueltas anti-zombi de 1842, lideradas por Lord Wofenby. La Cámara de los Lores consiguió forzar un compromiso entre las dos partes enfrentadas.

Oficialmente El Culto no existe visto de una 'forma legal'. La Nigromancia es solo una rama, la más despreciable de todas, de la Heteromancia. La búsqueda de la inmortalidad es el objetivo primario de estos brujos. El segundo es derrocar a la Monarquía para crear una Tanatocracia mundial.

Cada Nigromante lidera una horda de no-muertos, y cada uno de ellos se ve a sí mismo como un maestro solitario del universo. Sólo Howard Carter sabe que el verdadero propósito de El Culto es reforzar el poder del Faraón Negro. La llegada de éste a Londres en 1855 fue el mayor evento del año.


La pasión de las clases altas por las momias llegó entonces a su clímax. Pero la ira de los gitanos de La Rueda entró en llamas a su vez. Consiguieron asesinar a Lord Carter en 1882, mientras estaba en el apogeo de su poder, sin ninguna respuesta conocida a este hecho por parte del Faraón Negro. El Culto y La Rueda han estado en guerra desde entonces, haciendo que las estrechas calles de Londres sean aún más peligrosas. Este es el mayor problema para El Culto. Han conseguido eliminar a los gitanos que se han atrevido a enfrentarse a ellos, pero los supervivientes crecen aun mas fuertes y otros han llegado a Gran Bretaña, haciéndose más sabios gracias a la experiencia de sus mayores y adaptándose cada vez mejor a esta guerra urbana.

Este conflicto lleva a El Culto a extender su influencia política. De esta forma esperan ser capaces de usar los recursos del Gobierno Británico para aplastar a sus enemigos.

Los Nigromantes han experimentado con espíritus de forma más ávida que cualquier miembro de El Club, y son los que han cruzado la línea roja. Aún así, la infiltración de numerosos cultistas entre la élite de la sociedad le proporcionan gran poder y riqueza. Algunos esperan estar presentes cuando la Reina Victoria muera, por si algún Nigromante consigue resucitarla, y hacerla de esa forma su marioneta.

Desde el ataque, Su Majestad está mucho más segura en la Corte de Oberon; el Rey de las Hadas no permite este tipo de hechicería.



Texto original en http://www.smog1888.com/

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